divendres, 22 de març del 2013

GRANOLLERS



Granollers, la capital del Vallès Oriental està a 33 kms. de Barcelona. L'accés més ràpid és per la AP-7 (autopista de Girona) i agafar la sortida 13.

És una ciutat mot viva, i no us dic res si hi aneu un dijous. El mercat que es munta és espectacular. Avingudes, carrers i places estan plenes de parades de roba i alimentació, principalment, però també hi trobareu antiguitats, i tota mena d'estris.

El més significatiu és la Plaça Porxada on es troba l'emblemàtica construcció anomenada Porxada (s.XVI), que en el seu temps  feia de llotja del gra i ara, aixopluga, com a mínim els dijous, parades de fruita i verdura.

Alguns edificis modernistes, la parròquia de Sant Esteve i els carrers del centre històric també són interessants.

De tota manera, el que mereix, sense cap dubte una escapada a aquesta ciutat, és un àpat a la Fonda Europa, temple gastronòmic tant pels qui els agradaden els esmorzars de forquilla i ganivet, com els dinars casolans de bon nivell. Sempre està ple i el mes sorprenent és que els preus son més que raonables. No us ho perdeu.
Si cliqueu sobre les paraules en cursiva, tindreu més informació.

L'any 1990, Manolo Vázquez Montalbán va escriure aixó sobre aquesta singularíssima Fonda:

"Hay Poblaciones caracterizadas por una moza, por un reloj, por un monumento, por un hecho histórico, para bien o para mal, por ejemplo, si van a Calatayud, no hagan caso de la canción, no pregunten por la Dolores, ni en Sant Pol pregunten ¿Qué hora és? Pero si van a Granollers, hay que preguntar por la Fonda Europa y entrar en ella a recibir una lección de historia de la restauración catalana arraigada en la capital del Vallés Oriental. 

Para empezar, el Hotel Europa viene de lejos, nada menos que de 1714 y quizá fue el único hecho afortunado en un año especialmente nefasto para Cataluña. En 1877 se produce el encuentro entre el Hotel Europa y una familia restauradora llamada a figurar en la crónica de la restauración en Granollers. El Hostal de la Sila en la calle Barcelona, antiguo 'carrer Real'. En 1848 Buenaventura Parellada cierra el Hostal de la Sila forzado por la apertura de un desvío de la carretera y abre la Fonda España.

 Como ocurre en las dinastías reales, el matrimonio entre Buenaventura Parellada y Margarita Viñamata, la pubilla del Hotel Europa, provocó la fusión de los dos reinos, fueron felices y, nunca mejor dicho, comieron perdices, amb farcellets de col.

Ya por entonces los restaurantes Parellada-Viñamata hacían una sólida y honesta cocina catalana que entusiasmaba a los feriantes en los días de mercado y de boca en boca la leyenda de la Fonda Europa, como siempre fue llamada popularmente, alcanzó a toda Cataluña. Pero don Buenaventura se preparaba para el futuro y envió a su hijo Isidro a ver qué se guisaba en los fogones de Barcelona a la sombra del gran chef Blancher, en el Restaurante de Francia, Can Justin. Blancher fue nombrado jefe de cocina del Palacio Real en Madrid y se llevó a Isidro Parellada como primer cocinero. 

Isidro llegó a ser considerado uno de los mejores cocineros de España y cuando terminó de tratar de educar el paladar a los borbones, regresó a Barcelona donde fundaría restaurantes que ya son historia como Café de las Delicias. El Principal Palace y el Restaurante del Liceo. Como los salmones, regresó Isidro a su Granollers natal para morir allí, no sin haber dado un nuevo impulso a la Fonda de España y al Hotel de Europa, que seguían siendo de su propiedad.

La dinastía no se detuvo. En 1912, Isidro cedió a su hijo Francisco las riendas del Europa y de su mano fue cuando alcanzó una nombradía que iba más allá de Cataluña, desde su condición de primer restaurante comarcal del Principado. Parellada cimentó un imperio restaurador mediante la adquisición en Barcelona del restaurante del Hotel Ruzafa y de Las Siete Puertas, que llegó a ser considerado un restaurante punta en tiempos de duras competencias.

Desde 1947 a 1988, la Fonda Europa o el restaurante del Hotel Europa como Vds. prefieran siguió detentando su carácter de gran restaurante comarcal de la mano de Francisco Parellada Novellas, hasta que desde hace dos años lo regenta su hijo Ramon Parellada, sin duda uno de los restauradores más interesantes de la nueva generación.

 Ramon Parellada se hacía cargo de este legado de los siglos desde la experiencia que le daba su fulgurante éxito al frente del Senyor Parellada en la calle Argenteria de Barcelona, un local tomado y retomado sin éxitos apreciables, hasta que Ramon le dio su toque de gran restaurante económico dentro de lo que cabe, en cualquier caso quizá el restaurante que mejor equilibra en Barcelona la relación calidad precio. Y ha demostrado que ese equilibrio puede obtenerse sin renunciar a la imaginación e incluso a una cierta cocina de investigación, a veces entre la fantasía y el homenaje personal. 

Ramon Parellada ha adaptado la tradicional Fonda Europa a la modernidad, sin que haya perdido sabor y no me refiero ya al sabor ambiental, que lo conserva en sus salones evocadores, sino a un sabor mucho más fundamental en un viejo restaurante, en el que la memoria de sus antiguos platos merece conservarse, trasladarse a las nuevas generaciones.

Pocos restaurantes de Cataluña o de España, tienen una Historia tan cargada de fidelidades y amor en la operación de dar de comer bien a la clientela. Los restaurantes nacen, crecen y mueren fruto normalmente de un empeño personal o de una familia."

 
 
 
 
Fotos: mon-ra-mon

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